29/1/16

CHARLA ANTE EL ROTARY CLUB DE TRES CANTOS (MADRID): Quiénes somos los Aventureros Solidarios

A continuación os transcribimos la charla que nuestro compañero David Reche dio el jueves 28 de enero de 2016 en el hotel QUO Fierro de Tres Cantos con el patrocinio del Rotary Club de Tres Cantos, para presentas nuestra asociación, el Desafío a las Dunas y a Camino al Sur, la ONG con la que colaboramos.



Hola, buenas noches.

Muchas gracias al Rotary Club de Tres Cantos por organizar hoy este acto, y también muchas gracias a todos por estar aquí.

Cuando Cristina me preguntó si quería venir un día a contaros qué era el Desafío en las Dunas, esta iniciativa que desde Aventureros Solidarios realizamos en Marruecos con la ONG Camino al Sur, enseguida dije que sí. 

Sobre todo al saber que vosotros ya habíais llevado a cabo actuaciones en M’Hammid, más al sur aún que Errachidia; y que por tanto conocéis la zona. 

Siempre soy partidario de buscar economías de escala y de acumulación, o dicho de otra forma, mientras más manos empujen la carreta antes saldrá ésta del barrizal.

Así que voy a contaros quiénes somos Aventureros Solidarios, qué hacemos y por qué lo hacemos.

Aventureros Solidarios somos siete amigos de Cádiz, Madrid, Valencia y Elche que nos conocimos gracias a dos cosas:


  • Por un lado una afición común: nos gusta la carretera, los roadtrip, embarcarnos en un viaje de kilómetros y kilómetros hacia lugares desconocidos y muy distintos a lo que vemos todos los días. Vivir en el camino. Por ejemplo: yo, además de lo que os contaré a continuación, he conducido hasta los Balcanes, Atenas, Cabo Norte, o Estados Unidos  de costa a costa.
  • Y por otro lado una sensibilidad: la de ayudar en la medida de nuestras posibilidades a aquellos que, recibiendo nuestra ayuda, pueden tener una oportunidad para mejorar su vida en el futuro.


Como dice nuestra descripción en Twitter: “Somos gente divertida que viaja por placer y trata de ayudar a otros”.

Estas dos cosas en común confluyeron en la primera gran aventura solidaria y en formato de roadtrip en la que por separado decidimos embarcarnos quienes ahora somos Aventureros Solidarios, y gracias a la cual nos conocimos: El Rally Mongol.

“¿Qué es el Rally Mongol?”, os preguntaréis algunos de vosotros. Y si no os lo preguntáis, no pasa nada, yo lo voy a contar igual, que me gusta hablar de mis batallitas.

Eso mismo me preguntaba yo, “¿qué es el Rally Mongol?”, a finales del verano de 2006, cuando aquí un servidor de ustedes, un viernes por la mañana en Valencia iba camino del trabajo como humilde becario en un pequeño despacho de ingeniería. Iba hojeando uno de esos periódicos gratuitos que dan en el metro u otros lugares concurridos (en este caso en la esquina de Aragón con Blasco Ibáñez de Valencia); y descubrí una noticia que me impactó: "Dos españoles, componentes del equipo The Spanish Bullfighters, ganan el Rally Mongol conduciendo un Citroen Ax más de 10.000 km entre 

Londres y Ulán Bator".

"Alucinante", pensé. ¿Quién tuviera tiempo para hacer algo así? Sobre todo aquel verano, que con las prisas de terminar el Proyecto Final de Carrera no había viajado a ningún sitio. Aquel día la cosa no pasó más allá de un comentario durante el almuerzo a un compañero de trabajo, que me dijo: “¿Y eso para qué?”

Pues para satisfacer por un lado esa necesidad de viajes carreteros, de como dice la canción On the road again, ir a sitios en los que nunca he estado y en los que nunca más estaré; pero también por la finalidad solidaria.

Y por fin, tras muchos dimes y diretes, en 2011 me embarqué con dos amigos más: Pau y Nuria, en el proyecto de llevar una ambulancia desde Elche hasta Ulán Bator. Esa ambulancia iba cargada de material médico y escolar que dejamos en un orfanato de Mongolia, perteneciente a una ONG a la que también iba destinada parte de la inscripción en la carrera; y además la ambulancia fue donada y pasó a prestar servicio en el hospital militar de Ulán Bator. Una Mercedes Benz Sprinter que compramos nosotros y que a pesar de sus 600.000 km iba como un tiro.



Y bien, ¿toda esta historia que os estoy contando del Rally Mongol, ¿para qué? Os explico.

Durante la preparación de esta aventura épica conocimos a gente que participó en la misma el año anterior, en 2010: los Sambori de Valencia (Rafa y Álex) que también fueron en ambulancia, Manuel Medina el Mosquito (que fue en una Yamaha XT de 125 cc desde Cádiz); Ñete y Javi, también de Cádiz, que fueron en un Daewoo; y finalmente Ati, de Madrid, un tío enorme que fue en otra moto de 125.

Durante todo ese proceso vivimos la solidaridad del viajero en dos sentidos, por un lado de quienes habían hecho el viaje antes que nosotros, a quienes les preguntábamos miles de dudas (qué ruta tomar, cuánta moneda cambiaban en cada país, cómo les había ido en los pasos fronterizos, equipaje…); y por otro lado quienes iban a hacer el viaje el año posterior al nuestro, como es el caso de Cristina, que un buen día, en una fiesta que organizamos en Elche apareció por allí con su compañera Catina y nos regalaron una cafetera de las que se enchufan en el mechero del coche; y de paso nos preguntaron cómo estábamos preparando nuestro viaje. Y aquí estoy ahora, gracias a aquello.

Esa experiencia nos marcó tan fuertemente, tanto por la componente de la aventura y de vivencia de verte sólo en mitad de países extraños y fronteras donde tenías que conseguir papeles que no sabías dónde obtener; como por el tema solidario; que todos y cada uno de los que os he enumerado antes (Rafa, Álex, Manuel, Ati, Javi, Ñete, Pau, Nuria, ….) nos quedamos con ganas de hacer algo más, de volver a salir a la carretera y de volver a ayudar a alguien que está en un sitio con menos oportunidades que éste donde vivimos.

Nuria con unos niños a la entrada de Mongolia

Entregando el material médico a la enfermera del orfanato en Ulán Bator 

 Confraternización con otros paisanos en el páramo a 2.000 m de altura

 Cosas que pasan

Enganchando a nuestra Merceditas un inglés que había roto el depósito



Y así, siete de estos “veteranos del mongol” nos juntamos para que naciera Aventureros Solidarios.

Vimos que había muchas iniciativas parecidas, pero que en general eran caras. Como en el Rally Mongol, tenías que pagar una inscripción muy alta para que alguien se dedique a vivir de tus ganas de salir por ahí a ayudar a los demás. 

Así que dijimos: Vamos a montar nuestra propia Asociación que ponga en contacto al viajero, el infectado por el virus de la carretera, con una ONG que opere en el lugar de destino.

Y aunque bien avenidos, somos pocos y con menos recursos; así que hemos comenzado con esta iniciativa del Desafío en las Dunas, que aunque modesta, creo que es muy digna y sincera.

Nosotros actuamos como catalizadores de las ganas que tiene mucha gente de embarcarse en iniciativas como ésta, y ponemos en contacto a esa gente con la ONG Camino al Sur. Ése es realmente el servicio que prestamos como Asociación sin ánimo de lucro, pidiendo a los participantes que, además de disfrutar de unas vacaciones en Marruecos, un lugar increíble que está aquí a la vuelta de la esquina, también lleven a nuestros amigos de Camino al Sur un mínimo de material (20 kg los coches y 10 las motos).

Os cuento que para adquirir la poca infraestructura que tenemos nos financiamos de nuestras propias cuotas de socios, de la venta de camisetas que sacamos para el Desafío en las Dunas y del poco dinero sobrante de la inscripción en esta iniciativa. Esa inscripción es una cantidad que se estima para organizar el evento de la noche en las dunas el martes santo y también para pagar el material que entregamos a los equipos unas bragas para el cuello, pegatinas para el coche y un roadbook. No recibimos ni pedimos más dinero porque como os he dicho no prestamos más servicio que dar la idea de hacer un viaje a Marruecos y ayudar a una ONG.

Elegimos esa ONG, Camino al Sur porque sabíamos que colaboran con otras iniciativas de mayor envergadura que la nuestra y que por tanto tienen capacidad organizativa y una experiencia previa; y especialmente porque dedican su atención a los niños y a la educación. Y eso es algo que nos parece esencial. Que unos niños que viven en zonas deprimidas y con pocos recursos económicos, en uno de los lugares más pobres de Marruecos, vean que aparecen unas personas por allí, llegando desde muy lejos, y que no pasan de largo por la carretera, sino que paran y les dejan libros, libretas, bolis, lapiceros… material para que estudien y vayan al colegio. Como decía, que unos niños vean eso, creemos que les puede ayudar a pensar en la importancia de ir a la escuela y de estudiar. Y ésa idea, la de poner nuestro grano de arena en la educación, creemos que es esencial a la hora de reducir la distancia que existe a ambos lados del estrecho de Gibraltar. La educación y la formación son parte necesaria, aunque no suficiente, del camino.

Así que hoy os invito a que participéis en nuestra iniciativa del Desafío en las Dunas.

El sábado 19 de marzo por la mañana nos vemos en Tarifa, donde haremos nuestro pequeño acto de salida del Desafío, y tres días después, el martes 22 de marzo nos vemos en una escuela de Errachidia para hacer entrega del material que cada equipo transporte.

Ese mismo día por la noche haremos un acto en las dunas del Erg Chabbi, en Merzouga, donde todos los participantes compartiremos experiencia con una fiesta en las jaimas, en mitad del desierto. Y también daremos algunos premios.

A partir del miércoles 23, cada cual puede seguir su viaje de la forma que considere más conveniente.

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